Cuento
de los duendes del molino de Tiscamanita
Érase que se era
allá en tierras
majoreras
una localidad muy
bonita
llamada
Tiscamanita.
Cerca del volcán
La Gayría
un precioso
molino se erigía,
allí los
molineros, millo y trigo
para hacer el
gofio, molían.
Muchos niños y
niñas
en este pueblo
vivían,
contentos y
orgullosos
de este
monumento.
De vez en cuando
visitaban
a los duendes del
molino,
que entre las
vigas del tejado
vivían
entretenidos.
Los duendes eran
divertidos
y muy buenos
cuidadores,
pues ellos se
encargaban
de cuidar este
tesoro.
Tan contentos los
duendes
estaban, que
siempre se las
ingeniaban, para
sorprender
y agradar a la
chiquillada.
Una cosa
importante
tenemos que
considerar,
hay que andar
despacito,
y nunca jamás
chillar.
Son tan chinijos,
que si les
gritamos
atemorizados
huyen
a sus
escondrijos.
Ssssssssss!
Ssssssssss!
¡Venga
chiquillos!
el cofre de los
duendes
vamos a buscar,
cargadito de
chocolates
lo vamos a
encontrar.
- ¿Por arriba?
- ¿Por abajo?
- ¿Por allá? ó
- ¿Por acá?.......
Ooohhh los duendes 😍😍 y tan contenta que viene ella y sobre todo cuando los duendes se acordaron de traer chocolates sin frutos secos jajajaj mil gracias por hacer momentos tan bonitos para ellos.
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